Os humanistas non queremos amos; non queremos dirixentes nin xefes, nin nos sentimos representantes nin xefes de ninguén.
Os humanistas somos internacionalistas, aspiramos a unha nación humana universal. Comprendemos globalmente ao mundo en que vivimos e actuamos no noso medio inmediato. Non desexamos un mundo uniforme senón múltiple.
Documento Humanista.

domingo, 30 de noviembre de 2014

¿dónde está brillo de las (mis) imágenes?

Más de un año sin pasarme por aquí, ¡qué informalidad la mía!, qué desprecio a l@s amig@s.
Quedan pendientes despedidas, agradecimientos, reflexiones, perdones... que no sé si algún día verán la luz, porque ahora andan en las tinieblas, tal vez como yo.
Muchas cosas pasan a nuestro alrededor, pero sólo unas nos guían, otras nos dan fuerza y motivación.
De eso vengo a escribir hoy, y a pedir otras opiniones.
“A eso?, a qué?”
Perdón, si es verdad no está definido en asunto: qué es lo que nos motiva?, mejor dicho, qué hace que una cosa que en un momento primero nos motivaba mucho, no pierda esa fuerza?
Qué hace que el brillo de una imagen, las ganas de poner una cosa en marcha, no se diluya con el paso del tiempo.
Serán las ganas de alcanzar el objeto que está detrás de la motivación lo que mantiene esa fuerza.
Será que el temor al que quería combatir a recobrado “su sitio” y se comió mis aspiraciones.
Será que como no sé hacia donde voy, el vuelo de una mosca volvió a cambiar mi rumbo.
Será que no conseguir los objetivos estimados me hacen dudar de mí y de mi camino.
Será que no hago mas que compensar carencias momentáneas y no sé que quiero.
Será que soy tan débil e influenciable que pierdo firmeza en mis aspiraciones. No, esto seguro que no, porque busco respuesta a las motivaciones, no a las acciones.
Sé que mis ideas me guían, sé que hay momentos en los que las iniciativas y las ganas manan con gran intensidad, pero no sé qué, quién o por qué se “cierra el grifo”
Busco pistas...

domingo, 16 de junio de 2013

Democracia + descentralización + transparencia vs corrupción

No damos a basto. En los últimos días, que digo días, semanas, qué digo semanas ¡¡meses!!, se llenan los periódicos, telediarios, webs,... de asuntos de corrupción.
De Barcenas al Palau; de las ITV a Cachulín; de Iñaki y familia (incluida la política) a los ERE's fraudulentos;... hay casos para dar y tomar. Cuando no es local, es regional, o internacional.
Pero más allá de degradar a todos los implicado y cómplices, yo en un acto de puesta en práctica de auto-crítica, me pregunto: ¿haría lo mismo en su lugar?; ¿me mantendría impoluto e incorruptible?; ¿es intrínseco al ser humano la lujuria de poder, dinero, objetos,...?
Intentando responderme a mi mismo, siendo lo más sincero conmigo mismo, sólo veo un camino y ese camino tiene que ver con las probabilidades, con las opciones, con las puertas abiertas y por abrir. (ahora entiendo por qué se me cae el pelo: de tanto pensar. También por qué no solo se me cae de la cabeza: porque no siempre pienso con ella)
Me explico, si todos seguimos el mismo camino, aunque andemos diferentes, nos encontraremos con las mismas dificultades, presiones, baches... y es muy fácil que, tarde o temprano, resbalemos.
Pero si tenemos diferentes caminos a recorrer, si abrimos más posibilidades, si el primer “problema" es elegir entre diferentes opciones, estaremos en otra condición mucho más interesante.
Y me sigo explicando, las probabilidades de que una persona como yo sea fiel a sus principios esta influenciada por: el nivel y cantidad de presiones que pueda soportar y la capacidad de decisión que tenga.
La cantidad y nivel de presiones se pueden contrarrestar con una enoooooorme transparencia en todas las acciones que se hagan. Si, además esa es soportada por una enoooorme cantidad de personas, que son las que tiene que decidir porque son las implicadas en el asunto, toca a menos por cabeza y a los “entes” presionadores les cuesta más imponer su criterio.

En definitiva, creo que frente a la corrupción (más allá de que sea o no un acto intrínseco del ser humano, o como diría un amigo: una manifestación de querer permanecer del yo) la opción más interesante que veo es abrir caminos para que no se dé. Y para ello es imprescindible evitar la concentración de poder con más democracia, más participación en la toma de decisiones (qué útil es la tecnología para esto!) y mayor transparencia en todos los actos que afecten a todos: que todo lo público se vea, se sepa y este accesible a todos. No veo más.
Porque de héroes, salvadores y paternalismos rancios estoy cansado, aburrido y, por qué no decirlo, frustrado.

(imágen copiada de http://blogdeedumartn.blogspot.com.es)

martes, 23 de abril de 2013

RACISMO INSTITUCIONAL


En los últimos días, en nuestra querida A Coruña, están pasando ciertos actos de “racismo institucional”, por llamarle de algún modo. Algunas voces se han levantado ante esta preocupante situación. Siempre son los colectivos menos arraigados los primeros en sufrir la ira (estupidez diría yo) de los fundamentalistas.
Pero parece que ante la vorágine “preocupante” de la crisis económica, todo lo demás es accesorio. Gran error diría yo.
Vamos paso a paso. Los que nos apoyamos en la Constitución como marco legislativo, aún sin ser de nuestro agrado, vemos como es avasallada por quienes deberían ser más escrupulosos con ella. Obviando el preámbulo, mera declaración de intenciones, nos encontramos cómo estos comportamientos racistas infringuen artículos como el 9.2: “Corresponde a los poderes públicos promover las condiciones para que la libertad y la igualdad del individuo y de los grupos en que se integra sean reales y efectivas; remover los obstáculos que impidan o dificulten su plenitud y facilitar la participación de todos los ciudadanos en la vida política, económica, cultural y social.” o el artículo 10: “1. La dignidad de la persona, los derechos inviolables que le son inherentes, el libre desarrollo de la personalidad, el respeto a la Ley y a los derechos de los demás son fundamento del orden político y de la paz social. 2. Las normas relativas a los derechos fundamentales y a las libertades que la Constitución reconoce se interpretarán de conformidad con la Declaración Universal de Derechos Humanos y los Tratados y acuerdos internacionales sobre las mismas materias ratificados por España.”
De conformidad con la Declaración Universal de los Derechos Humanos...
¿Los repasamos? Artículo 1: “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.”; artículo 2: “Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición. Además, no se hará distinción alguna fundada en la condición política, jurídica o internacional del país o territorio de cuya jurisdicción dependa una persona, tanto si se trata de un país independiente, como de un territorio bajo administración fiduciaria, no autónomo o sometido a cualquier otra limitación de soberanía.”; artículo 3 : “Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona.”; artículo 4: “Nadie estará sometido a esclavitud ni a servidumbre, la esclavitud y la trata de esclavos están prohibidas en todas sus formas.”; artículo 5: “Nadie estará sometido a esclavitud ni a servidumbre, la esclavitud y la trata de esclavos están prohibidas en todas sus formas.”; artículo 6: “Todo ser humano tiene derecho, en todas partes, al reconocimiento de su personalidad jurídica.”; artículo 7: “Todos son iguales ante la ley y tienen, sin distinción, derecho a igual protección de la ley. Todos tienen derecho a igual protección contra toda discriminación que infrinja esta Declaración y contra toda provocación a tal discriminación.”; artículo 8: “Toda persona tiene derecho a un recurso efectivo ante los tribunales nacionales competentes, que la ampare contra actos que violen sus derechos fundamentales reconocidos por la constitución o por la ley.”; artículo 9: “Nadie podrá ser arbitrariamente detenido, preso ni desterrado.”...; y así siguiendo los 30 artículo de esta declaración, tan manoseada por unos que rápidamente se olvidan de su contenido, justo en el momento que alcanza sus objetivos.
Sí, bien, estoy de acuerdo. El incumplimiento de estas normas no sólo es debido a la violencia racial, también a la violencia religiosa, la violencia económica, la violencia machista... es precisamente por eso que no podemos centrarnos en un sólo punto, cosa que ahora pasa. Parece que sólo es “preocupante” la violencia económica, bien es cierto que es la que más tememos porque es la que está removienda el mito de esta época: el dinero. Y todos sabemos el poder psicológico que tiene en las sociedades los mitos. Por lo que mudar un mito es una gran crisis, en este caso necesaria.
También puede ser que, debido a la influencia de la mentalidad machista, sea cierto el tópico de que sólo podamos hacer una cosa a la vez... tendremos que aprender a hacer varias cosas en simultáneo.
Como última mención esta el comportamiento de los medios tradicionales de comunicación. Todos sabemos que las líneas editoriales suelen tener un marcado cariz político, todos casados con el poder. Desde aquí animo a sus trabajadores, a esos currantes de la noticia, a que maticen, aliñen, alteren desde su peldaño esas miradas rancias que nos” muestran como objetividad”, ¡ay, editores anclados en el siglo XIX! ¡Dejar que se muestren libres nuestras subjetividades!! Ellas son reales y no esa manida “objetividad” cosificante de manipuladores.
Volviendo y rematando el tema, o somos capaces de dar importancia y denunciar por igual cualquier acto de violencia sea racial, machista, religiosa, psicológica o económica o estaremos tapando un agujero y dejando abrir otro, cuando no abriéndolo.
Y si has llegado hasta aquí, te invito a que firmes contra esta violencia racial en A Coruña:

martes, 9 de abril de 2013

Dinero vs cambio social

Esta reflexión no pretende ir más alla de ser eso, una pequeña reflexión. Reflexión “eyaculación precoz” la podemos llamar. Por ser corta y no satisfacer a nadie.
En todo lo que pasa últimamente hay algo que no me acaba de encajar de todo este puzzle de crisis y fracasos, en los que estamos involucrados los que vivmos esta maravillosa época. Por qué apelamos una y otra vez al dinero. Nos quejamos siempre del dinero. Que si no hay dinero para educación; que si quitan dinero en la sanidad; que si gano menos dinero desde la reforma laboral; que si fulanito robo mucho dinero; que si la guerra fue provocada por ganar más dinero... todo lo seguimos basando en la capacidad del dinero.
Sigue siendo el máximo valor, el “arreglador de estropicios”. ¿Seguimos creyendo en el viejo mito caído?
¿Pero no ha sido el poner el dinero como máximo valor de esta sociedad lo que nos ha llevado a esta situación? Entonces, ¿por qué aspiramos a que con él, de su mano, consigamos construir otra sociedad? A mí hay algo que no me cuadra en todo esto.
¿Dónde queda mi trabajo, tu trabajo, su trabajo; dónde quedan mis proyectos, tus proyectos, sus proyectos; dónde quedan mis ideas, tus ideas, sus ideas; dónde quedan mis aspiraciones, tus aspiraciones, sus aspiraciones;... si todo lo seguimos poniendo en base al dinero?
No es nuestro trabajo, nuestras ideas, nuestros proyectos, nuestras aspiraciones,... sí y tmabién nuestro dinero, toda nuestra riqueza?
¿No ha sido con nuestro trabajo que han funcionado las empresas?, ¿No ha sido con nuestras ideas que se han inventado nuevas herramientas?, ¿no ha sido con nuestras aspiraciones de un mundo más cómodo, más libre, más justo que hemos cambiado leyes y constumbres? El dinero estaba, pero no nos ha movido. El dinero manda y este mundoa cosntruido, entronces ¿por qué apelar al dinero como solución?
Salimos de está época en donde el dinero era, y aún es en la conciencia social, el valor principal y sigo escuchando reivindicaciones sociales en donde lo siguen adorando. Estamos en la fase Ricky Martín (1,2,3 un pasito p'alante María; 1, 2, 3 un pasito p'atras)
Sigo intuyendo una nueva sociedad: distribución de la riqueza, libre circulación de personas, eliminación de fronteras, salud, educación y calidad de vida para todos... pero parece que nos cuesta sacudirnos los viejos valores.

martes, 26 de febrero de 2013

Ponga un congreso en su vida!


Este finde en Madrid (23 y 24 de febrero) tuvimos congreso los miembros plenos del PHI. Nos hemos encontrado muchos amigos de Asturias, Barcelona, Canarias, A Coruña, Elche, Málaga, Santander, Toledo, Valencia, Vigo y unos pocos de Madrid y alrededores.
Una de las cosas que se han evidenciado en este congreso, y que a mi entender es muy positivo, es la manifestación de dos corrientes claramente diferenciadas. Una la entiendo como conservadora, la otra renovadora. La primera busca mantener no cambiar nada (ni meneallo que dicen, algo que para mi va en una dirección de quietud, calma, tal vez muerte?). La otra, en la que me siento incluido, pretende cambiar las condiciones del partido, aplicar lo que le proponemos al medio a nosotros mismos (esa es mi intención)
Es interesante cómo ambas posturas nos manifestamos. Ahora la dificultad es encontrar el punto de conexión. Creo que mientras no se eleve la mirada o no se vea qué es lo conjunto no va haber encuentro.


Influir y ser influido.
Otro aspecto importante para mí de este congreso ha sido darme cuenta de la diferencia de visiones sobre el tema de la influencia. Algo que denota actitudes diferentes.
El asunto de la influencia es un tema al que hasta hace relativamente poco veía como la “capacidad de que mis puntos de vista fueran asumidos por otras personas”, ahora lo defino como “capacidad de comunicarme, hacerme entender y comprender en mi relación con otraspersonas”. Desde que participo, tanto en el MH como en el PHI, la cosa de influir (bajo la primera definición) predominaba frente a la de ser influido, la “bueno” es influir, lo “malo” ser influido. Pero tras tantos años con, cierta continuidad, de trabajo personal (qué gran herramienta!), mi conclusión es otra, a la que llegue no hace tanto (ahí aparece la segunda definición). Las influencias es algo irremediable y estar atento a qué me influye y en qué influyo es lo que me da la posibilidad de elegir la dirección de mi vida.
Vaya, lo veo como un cocido (qué bueno el que comimos en el congreso!!) todos los ingredientes ponen de su parte para la constitución del plato; el tocino, la carne fresca, la zanahoria, el repollo, los garbanzos, la patata, el chorizo,… incluso el agua y la sal; cada ingrediente pone algo de él y asume algo de los otros para constituir un todo: el cocido. Eso es influir y ser influido. No sería lo mismo cocer cada ingrediente por separado y luego juntarlos en el plato a la hora de comer, ahí modificamos la influencia entre ingredientes, además no estaríamos hablando de cocido.
Pues esa parte importante de las relaciones humanas la veo atascada. También aquí hay varias posturas, una clara: influir y no ser influido, y otras más difusas, trabajemos con otros colectivos de igual a igual sin miedos.
La falta de permeabilidad es crear un sistema cerrado, donde nada entra y nada se genera. Donde el encerramiento y la posterior muerte se acrecientan.
Creo que el querer influir en el medio, y en consecuencia crecer, es dar y recibir, es asumir cosas y que ellos asuman las nuestras. Claro que en esa dinámica de cosas la atención tiene mucha importancia no perder el centro de gravedad (puntos básicos) ni la dirección (humanizar la tierra).
Para mí, teniendo en cuenta el nivel de influencia, la función del partido ahora debe ser la de orientar este momento, entendiendo por orientar el abrir posibilidades y entender procesos y no el explicar y señalar caminos. Esa creo que debe ser una de nuestras grandes influencias.


El sistema: ¿dentro, fuera, al lado, en la tangente?
Está claro que nos encontramos con un sistema que no nos gusta, está claro que lo queremos cambiar. Pero lo que no veo claro es donde ubicarnos mentalmente en él. ¿Fuera, dentro, al lado, en la tangente?
Influimos y somos influidos. Para modificar procesos, mejor dicho, para influir en procesos buscando modificar su dirección, es imprescindible estar presente en él. No estar en él es no conocer sus componentes, o conocerlos de forma incompleta, es querer estar por encima de ellos, es sentirse por encima “del bien y del mal”. Al menos esos son los registros cuando me “excluyo del sistema”. Y esto hace a la permeabilidad.
En fin, unas pequeñas y difusas reflexiones después de un encuentro con amig@s/compañeir@ en la tarea de humanizar la tierra. El siguiente congreso lo haremos mejor, dos años tenemos para ello.

Agradecería otros puntos de vista que amplíen el mío, que relativicen mi mirada subjetiva, que incorporen otros paisajes, que abran nuevas posibilidades. Porque quiero ganar en libertad de opción y solo comunicándome con otros, puedo ampliar y flexibilizar mis puntos de vista que me abran nuevas posibilidades. Porque elegir entre condiciones es lo que nos toca, al igual que conocer esas condiciones y buscar nuevas posibilidades a las establecidas naturalmente.



viernes, 15 de febrero de 2013

Lo público: un poquito de por favor!!


Desde hace tiempo se viene hablando del mal funcionamiento de lo público, del exceso de “derechos” de sus empleados y cuestiones por el estilo. Esta campaña de largo recorrido que tiene su adalid en doña Espe y los acólitos del "liberalismo", pretenden, creo yo, desprestigiar al sector público para que sus funciones las gestionen empresas privadas.
 
Ahora bien, yo me pregunto cómo sería el funcionamiento de las cosas de todos por empresas como las de telefonía e internet o la banca. Tendríamos tantos problemas como los tenemos ahora cuando queremos hacer alguna gestión con “atención al cliente”; nos atenderán cinco personas para una sola gestión y no se resolverá nada; tendremos que llamar todos los meses porque nos han cargado en nuestro recibo conceptos que desconocemos; nos marearan como cuando llamamos a esos dichosos número de cuatro cifras que se dice “atención al cliente” pero que parece más “mareo del cliente”.
 
Y si la gestión es como la que realizan los bancos, tendremos que cuidarnos de sus informaciones no vaya a ser que nos engañen con “preferencias”; revisaremos cada uno de sus movimientos para que no nos cobren comisiones que son ilegales o han afirmado que no cobrarán; esperaremos colas inmensas por no ser “clientes preferentes” y ser simplemente personas normales.
 
Estas dudas me surgen.

Porque lo privado no funciona mejor que lo público. Lo privado realiza EREs aun teniendo ganancias; lo privado baja salarios aun produciendo los mismo y teniendo los mismos ingresos; lo privado evade impuestos, financia y mima con sobres a sus gestores mientras presiona y, en ocasiones, amenaza a sus trabajadores.

Si al menos en estas empresas que quieren gestionar lo público se priorizara que fueran autogestionadas o cogestionadas, por lo menos estaríamos ante una situación de participación igualitaria del capital y el trabajo, fomentando un concepto democrático de empresa, no como el actual.
 
Vaya, que lo privado SIEMPRE buscará el enriquecimiento  y lo público DEBE buscar el beneficio de TODOS. Esa es la diferencia que hay entre una gestión y la otra, creo yo. Y, para mí, eso condiciona la igualdad de oportunidades, es decir, la aplicación de forma igualitaria de las normas.
 
Otro argumento “de peso” es la nula o escasa productividad de los empleados públicos. Que si trabajan pocas horas, que si están leyendo el periódico, que si están tomando café…, Decir que eso es propio de nuestra cultura del escaqueo no es justificar nada. Pero afirmar que eso se da, también, en la empresa privada tampoco. Cierto es que el privilegio de ser empleado público es la escasa posibilidad de ser despedido y eso da muchas libertades y posibilita “malas costumbres”, pero nada más. A lo largo de mi vida laboral, la mayor parte en la empresa privada excepto los últimos dos años, la cultura del escaqueo (que aprendí en la estúpida y desaparecida mili) siempre está presente. Desde hacer horas extra (en blanco o en negro) innecesarias, hasta dejar de hacer cosas para hacer después horas extra o simplemente buscar el mejor rincón para el “cigarrito”… cuando no son "ordenes superiores" las que promueven engordar gastos, por poner ejemplos. La cultura de “utilizo al otro para mi beneficio” es algo presente en nuestra cultura, cómo se interpreta va según barrios.
 
Sin duda hay mucho que mejorar para que los empleados públicos realicemos una labor más eficaz. Desde una formación más adecuada a las funciones que realizamos, hasta una información permanente de las normas que cambian los políticos (elegidos por todos los ciudadanos que votan), o una participación más directa y permanente en el diseño de procedimientos, que eliminen la burocracia creciente (también diseñada por los políticos)
 
Me gustaría recordar en estos momentos algo que no hace mucho pasaba en la calle, donde el desprestigio del empleado público era porque ganaba menos sueldo. Porque el criterio de “tanto tienes tanto vales” utilizado por la gran mayoría, ahora se vuelve en su contra. Otro aspecto de la cultura de esta época que habría que superar.
 
En definitiva, que si lo de todos es gestionado por empresas que buscan el enriquecimiento, que muestran su mala eficacia y gestión en atención al público, que discriminan por razón de capacidad económica cuando no por razón de raza, sexo, etnia o edad; ¿por qué voy a dejarlas que gestionen las cosas de todos?, las que tienen que ser de bien común.

Que es necesaria una profunda transformación social y personal es evidente, pero que esa transformación no vendrá de la mano de líderes ni profetas, sino de la necesidad de tratar a los demás como queremos que nos traten a nosotros, con su imprescindible atención y autocrítica para construir el camino; humildad y bondad para evitar actitudes dictatoriales o paternalistas.


Porque lo conjunto es de todos y todos debemos y tenemos que opinar y proponer.

jueves, 17 de enero de 2013

¡Qué bueno es descubrirse!

13-01-13

Hoy me sentí muerto.
Desperté junto a un cuerpo de mujer, hace tiempo me esta acompañando, pero sólo ví solo eso: un cuerpo, un objeto.

Hoy me reflejé muerto.
El reflejo que daba de mí el espejo no parecia vivo, no mostraba vida, no iluminaba ningún camino.
Ni se intuia intención de hacerlo.
Un autómata que camina, obedece y realiza una rutina mecánica.
Un ser sin Ser.

Hoy me registré muerto.
Ninguna emoción mostraba, ninguna emoción recordaba, ninguna emoción …

Hoy me descibrí muerto.
Andando por el triste camino sin rumbo, camino de quien no va hacia ningún sitio, de quien no da nada. Perdido, esperando que otros hagan, lo que el miedo deja en la recámara.

Hoy me sentí muerto, pero una especie de retortijones, ecos de “oscuros” rincones de mi memoria reflejado en mis extensos intestinos, me ayudaron a que mi atención despertara.

Hoy me registre muerto, y un viejo recuerdo, lanzó a mi memoria a rescartar lo positivo, abriéndose posibilidades, en mi mirada aturdida.

Hoy me descubrí muerto, pero en la noche con discrección, abriendo bien la boca, inundando los pulmones del cálido aire hogareño, llevandolo al corazón aletargado y rememorando mis Grandes sueños...
Un pequeño impulso, ¡algo a cambiado!

Hoy me descubrí muerto

¡Qué bueno es descubrirse!
Que alegria me he dado, hoy me he reencontrado.

jueves, 6 de diciembre de 2012

Ayudar a un desconocido: extender la mano con el culo prieto.

Hace unas semanas un amigo me comentó que un amigo suyo necesitaba ayuda, buscaba salir del lugar en donde vivía porque se sentía asfixiado. Mi amigo me ofrece cierta fiabilidad, a su amigo apenas lo había visto un par de ocasiones y sin mucho hablar.
En la conversación telefónica que tuve con mi amigo dude, me pedía alojamiento para una persona que desconocía y durante un tiempo indefinido (porque en estas situaciones se preve un tiempo que casi nunca se cumple, mayormente por que se sobrepasa), pero afortunadamente se impuso mi “cómo quiero ser y hacia dónde quiero ir” que el “que tengo que conservar”, es decir la intención predomino al prejuicio y el temor.
Pues bien, finalmente vino hace unos días, aquí esta durmiendo en mi casa, entrando y saliendo cuando quiere, comiendo lo que le apetece (si lo hay).
Es un piso pequeño, una habitación con sala-cocina; pero nos apañamos, hay sitio para dormir dos.
Cuando me pidió ayuda insito que dude, como no, pero ante las dos opciones que me planteaba, el sí y el no, me acordé de una conversación de bar entre amigos en donde uno decía sabiamente: “si yo quiero ofrecerte mi confianza, pero emotivamente desconfío, esa emoción no la puedo cambiar. Pero puedo hacer un acto motriz para cambiar la situación e, indirectamente, posibilitar la modificación de la emoción. Por ejemplo si me pides el coche, mi emoción me dirá “no se lo dejes, no me fio” pero puedo, a pesar de ello, meter la mano en el bolsillo sacar las llaves y ofrecértelas. La emoción seguirá en tanto me aferre a ella. Y si miro mi acto de conocerme, de caminar en una dirección que me motiva que me da sentido, en soltar, mi acto tendrá fuerza para poner otras condiciones...” y decidí soltar ante los miedos y prejuicios que tengo.
Y estando así los miedos aparecen, las dudas de que lo que he hecho esta bien hecho están, pero hoy día se impone, afortunadamente, la intención de aprender, de descubrir-me. Salga bien o salga mal lo hecho buscaba un camino: aprender a soltar, aprender a ayudar desinteresadamente, aprender a dar sin esperar nada a cambio. Pero como estoy en fase de aprendizaje en esta ocasión si doy esperando algo a cambio: aprender...

miércoles, 21 de noviembre de 2012

¡Imbéciles!

Que palabra más sonora y contundente. Es sorprendente cómo este adjetivo puede aportar tanta carga emotiva teniendo un significado tan sencillo, va a resultar que lo sencillo puede tener mucho más volumen de lo que aparenta.
Pues de compartamientos que pueden definir a una persona con semejante adjetivo me apetece escribir un poco.
La RAE lo define com la falta de razón el alelismo (en la primera acepción del diccionario lo define como alelado, escaso de razón y la segunda como flaco, débil). Es decir, creo que un imbécil se guia por sus prejuicios, por los criterios de otros, no estudia, no revisa y, por supuesto, no hace nada de autocrítica. Vaya algo a lo que ninguna persona hemos sido ajenos en algún que otro momento de nuestra vida.
Otra característica que veo es que estos comportamiento suelen tener mucho más eco de lo normal, así veo en los difamadores, manipuladores, artistas de la mentira y el engaño, grandes dosis de imbecilidad que para ocultarla, pues creo que ellos mismos tienen registro de semejante comportamiento, adornan sus locuciones, escritos, dimes y diretes con pomposas palabras o espectaculares puestas en escena que en muchas ocasiones son portadas de periódicos y reportajes.
Pero creo que es importante distinguir el hecho de que no se es o no imbécil, sino que de un comportamiento concreto se trata, claro que hay personas que mo hacen más que repetir y repetir ese comportamiento.
En definitiva, la imbecilidad es un acto de intolerancia y degradación realizado por personas que temen perder algo. Esa es mi conclusión ante la pequeñez de comportamiento de algunos opinadores, mejor dicho censores, que su único argumento para sostener sus posturas es “yo la tengo más grande” o “y tú más” justo antes de sembrar sospechas y dudas “de portera envidiosa” y que se esconden tras la masa o el anonimato de internet.

PD. Al no definir una imágen de la imbecilidad y por similitud emotiva de mi mirada, edulcoro el post con un “gusano”.

domingo, 4 de noviembre de 2012

¡Gracias!


De nuevo, he vuelto a pasar unos días por Galicia. Primero visité a los amigos de A Coruña y después estuve con los vástagos.

Esta época que estoy viviendo la registro con especial sensibilidad, para muestra los últimos post, y son de agradecer muchas de las herramientas y enseñanzas que he adquirido a lo largo de mi vida. En especial la que nos dejó Silo, sus herramientas de trabajo personal, (autoconocimiento, meditación, relajación, contacto con uno mismo y con su energía, …)

Estas herramientas me ayudan, en las ocasiones que pongo atención y cariño, cómo operan en mí mis ensueños, mis temores, mi esperanzas (también las falsas), o el apego.

A que viene todo esto, a lo que hoy digo: mi soledad (como temor) es mi expresión del miedo al cambio, al desapego, a las expectativas que pongo en los demás, al fracaso, al permanecer. Es mi expresión de que si no recibo no tiene sentido porque doy.

Y aquí me viene otra pregunta: ¿tiene sentido lo que doy? Acompañada de ¿doy? Y ¿doy desinteresadamente o buscando algo a cambio?

He de decir que en estos días por Galicia he atisbado respuestas al asunto. No sé si quedarán bien grabadas en mi memoria, pero se que son más “verdaderas” que las que he puesto en práctica más habitualmente.

La cuestión es que en estos días he registrado eso que cuando estas enamorado lo sientes pero no lo percibes: dar es sencillamente bonito; dar sin esperar nada a cambio es basicamente maravilloso. No solo tiene sentido, sino es, basicamente, mi sentido tantas veces perdido tantas veces negado, tanats veces ocultado...

Cuando llegue a A Coruña, tenía la intención de apoyar a una campaña electoral que había vivido y trabajado desde la lejanía de Igualada. Mi disposición fue: “estoy aquí para lo que me digáis” y aunque en algún momento se me paso la idea de que “por lo menos merezco una palmadita en la espalda” (ensoñaciones del prestigio) me quedo claro que tenía que agradecer el curro y el entusiasmo de quienes quieren cambiar este mundo porque genera sufrimiento. Agradecer que mis amigos me dejen compartir su tiempo, sus inquietudes, sus esperanzas y desesperanzas.

Al llegar a Pontevedra, convivir con mis hijos, verles en la cotidianiedad, disfrutar de sus rutinas y de sus tensiones diarias (“vamos que es tarde y no llegas al cole!!, ¡tomate el zumo!,...”) y buscar la manera de dar, como padre, de mostrar el camino que yo seguiría, sin imponer pero sin dejar que la individualidad someta al conjunto (por el asunto de los caprichos y el sindrome”rey de la casa”), de abrir posibilidades, de crear fé en uno mismo, de aprender a ver y a mirar... y a ser padre.

En definitiva, gracias a esta nueva etapa de mi vida estoy descubriendo una nueva manera de mirar el mundo que se añade a las que biograficamente me acompañan, con la particularidad que esta camina reforzando una dirección hacia otros. Ahora tengo más donde elegir, ahora he ganado un poquito más de libertad.

PD. la foto corresponde a un día de campaña electoral en A Coruña, tocaba pegada de carteles.