Os humanistas non queremos amos; non queremos dirixentes nin xefes, nin nos sentimos representantes nin xefes de ninguén.
Os humanistas somos internacionalistas, aspiramos a unha nación humana universal. Comprendemos globalmente ao mundo en que vivimos e actuamos no noso medio inmediato. Non desexamos un mundo uniforme senón múltiple.
Documento Humanista.

miércoles, 21 de noviembre de 2012

¡Imbéciles!

Que palabra más sonora y contundente. Es sorprendente cómo este adjetivo puede aportar tanta carga emotiva teniendo un significado tan sencillo, va a resultar que lo sencillo puede tener mucho más volumen de lo que aparenta.
Pues de compartamientos que pueden definir a una persona con semejante adjetivo me apetece escribir un poco.
La RAE lo define com la falta de razón el alelismo (en la primera acepción del diccionario lo define como alelado, escaso de razón y la segunda como flaco, débil). Es decir, creo que un imbécil se guia por sus prejuicios, por los criterios de otros, no estudia, no revisa y, por supuesto, no hace nada de autocrítica. Vaya algo a lo que ninguna persona hemos sido ajenos en algún que otro momento de nuestra vida.
Otra característica que veo es que estos comportamiento suelen tener mucho más eco de lo normal, así veo en los difamadores, manipuladores, artistas de la mentira y el engaño, grandes dosis de imbecilidad que para ocultarla, pues creo que ellos mismos tienen registro de semejante comportamiento, adornan sus locuciones, escritos, dimes y diretes con pomposas palabras o espectaculares puestas en escena que en muchas ocasiones son portadas de periódicos y reportajes.
Pero creo que es importante distinguir el hecho de que no se es o no imbécil, sino que de un comportamiento concreto se trata, claro que hay personas que mo hacen más que repetir y repetir ese comportamiento.
En definitiva, la imbecilidad es un acto de intolerancia y degradación realizado por personas que temen perder algo. Esa es mi conclusión ante la pequeñez de comportamiento de algunos opinadores, mejor dicho censores, que su único argumento para sostener sus posturas es “yo la tengo más grande” o “y tú más” justo antes de sembrar sospechas y dudas “de portera envidiosa” y que se esconden tras la masa o el anonimato de internet.

PD. Al no definir una imágen de la imbecilidad y por similitud emotiva de mi mirada, edulcoro el post con un “gusano”.

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