Os humanistas non queremos amos; non queremos dirixentes nin xefes, nin nos sentimos representantes nin xefes de ninguén.
Os humanistas somos internacionalistas, aspiramos a unha nación humana universal. Comprendemos globalmente ao mundo en que vivimos e actuamos no noso medio inmediato. Non desexamos un mundo uniforme senón múltiple.
Documento Humanista.

martes, 26 de febrero de 2013

Ponga un congreso en su vida!


Este finde en Madrid (23 y 24 de febrero) tuvimos congreso los miembros plenos del PHI. Nos hemos encontrado muchos amigos de Asturias, Barcelona, Canarias, A Coruña, Elche, Málaga, Santander, Toledo, Valencia, Vigo y unos pocos de Madrid y alrededores.
Una de las cosas que se han evidenciado en este congreso, y que a mi entender es muy positivo, es la manifestación de dos corrientes claramente diferenciadas. Una la entiendo como conservadora, la otra renovadora. La primera busca mantener no cambiar nada (ni meneallo que dicen, algo que para mi va en una dirección de quietud, calma, tal vez muerte?). La otra, en la que me siento incluido, pretende cambiar las condiciones del partido, aplicar lo que le proponemos al medio a nosotros mismos (esa es mi intención)
Es interesante cómo ambas posturas nos manifestamos. Ahora la dificultad es encontrar el punto de conexión. Creo que mientras no se eleve la mirada o no se vea qué es lo conjunto no va haber encuentro.


Influir y ser influido.
Otro aspecto importante para mí de este congreso ha sido darme cuenta de la diferencia de visiones sobre el tema de la influencia. Algo que denota actitudes diferentes.
El asunto de la influencia es un tema al que hasta hace relativamente poco veía como la “capacidad de que mis puntos de vista fueran asumidos por otras personas”, ahora lo defino como “capacidad de comunicarme, hacerme entender y comprender en mi relación con otraspersonas”. Desde que participo, tanto en el MH como en el PHI, la cosa de influir (bajo la primera definición) predominaba frente a la de ser influido, la “bueno” es influir, lo “malo” ser influido. Pero tras tantos años con, cierta continuidad, de trabajo personal (qué gran herramienta!), mi conclusión es otra, a la que llegue no hace tanto (ahí aparece la segunda definición). Las influencias es algo irremediable y estar atento a qué me influye y en qué influyo es lo que me da la posibilidad de elegir la dirección de mi vida.
Vaya, lo veo como un cocido (qué bueno el que comimos en el congreso!!) todos los ingredientes ponen de su parte para la constitución del plato; el tocino, la carne fresca, la zanahoria, el repollo, los garbanzos, la patata, el chorizo,… incluso el agua y la sal; cada ingrediente pone algo de él y asume algo de los otros para constituir un todo: el cocido. Eso es influir y ser influido. No sería lo mismo cocer cada ingrediente por separado y luego juntarlos en el plato a la hora de comer, ahí modificamos la influencia entre ingredientes, además no estaríamos hablando de cocido.
Pues esa parte importante de las relaciones humanas la veo atascada. También aquí hay varias posturas, una clara: influir y no ser influido, y otras más difusas, trabajemos con otros colectivos de igual a igual sin miedos.
La falta de permeabilidad es crear un sistema cerrado, donde nada entra y nada se genera. Donde el encerramiento y la posterior muerte se acrecientan.
Creo que el querer influir en el medio, y en consecuencia crecer, es dar y recibir, es asumir cosas y que ellos asuman las nuestras. Claro que en esa dinámica de cosas la atención tiene mucha importancia no perder el centro de gravedad (puntos básicos) ni la dirección (humanizar la tierra).
Para mí, teniendo en cuenta el nivel de influencia, la función del partido ahora debe ser la de orientar este momento, entendiendo por orientar el abrir posibilidades y entender procesos y no el explicar y señalar caminos. Esa creo que debe ser una de nuestras grandes influencias.


El sistema: ¿dentro, fuera, al lado, en la tangente?
Está claro que nos encontramos con un sistema que no nos gusta, está claro que lo queremos cambiar. Pero lo que no veo claro es donde ubicarnos mentalmente en él. ¿Fuera, dentro, al lado, en la tangente?
Influimos y somos influidos. Para modificar procesos, mejor dicho, para influir en procesos buscando modificar su dirección, es imprescindible estar presente en él. No estar en él es no conocer sus componentes, o conocerlos de forma incompleta, es querer estar por encima de ellos, es sentirse por encima “del bien y del mal”. Al menos esos son los registros cuando me “excluyo del sistema”. Y esto hace a la permeabilidad.
En fin, unas pequeñas y difusas reflexiones después de un encuentro con amig@s/compañeir@ en la tarea de humanizar la tierra. El siguiente congreso lo haremos mejor, dos años tenemos para ello.

Agradecería otros puntos de vista que amplíen el mío, que relativicen mi mirada subjetiva, que incorporen otros paisajes, que abran nuevas posibilidades. Porque quiero ganar en libertad de opción y solo comunicándome con otros, puedo ampliar y flexibilizar mis puntos de vista que me abran nuevas posibilidades. Porque elegir entre condiciones es lo que nos toca, al igual que conocer esas condiciones y buscar nuevas posibilidades a las establecidas naturalmente.



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