No damos a basto. En los últimos días,
que digo días, semanas, qué digo semanas ¡¡meses!!, se llenan los
periódicos, telediarios, webs,... de asuntos de corrupción.
De Barcenas al Palau; de las ITV a
Cachulín; de Iñaki y familia (incluida la política) a los ERE's
fraudulentos;... hay casos para dar y tomar. Cuando no es local, es
regional, o internacional.
Pero más allá de degradar a todos los
implicado y cómplices, yo en un acto de puesta en práctica de
auto-crítica, me pregunto: ¿haría lo mismo en su lugar?; ¿me
mantendría impoluto e incorruptible?; ¿es intrínseco al ser humano
la lujuria de poder, dinero, objetos,...?
Intentando responderme a mi mismo,
siendo lo más sincero conmigo mismo, sólo veo un camino y ese
camino tiene que ver con las probabilidades, con las opciones, con
las puertas abiertas y por abrir. (ahora entiendo por qué se me cae
el pelo: de tanto pensar. También por qué no solo se me cae de la
cabeza: porque no siempre pienso con ella)
Me explico, si todos seguimos el mismo
camino, aunque andemos diferentes, nos encontraremos con las mismas
dificultades, presiones, baches... y es muy fácil que, tarde o
temprano, resbalemos.
Pero si tenemos diferentes caminos a
recorrer, si abrimos más posibilidades, si el primer “problema" es
elegir entre diferentes opciones, estaremos en otra condición mucho
más interesante.
Y me sigo explicando, las
probabilidades de que una persona como yo sea fiel a sus principios
esta influenciada por: el nivel y cantidad de presiones que pueda
soportar y la capacidad de decisión que tenga.
La cantidad y nivel de presiones se
pueden contrarrestar con una enoooooorme transparencia en todas las
acciones que se hagan. Si, además esa es soportada por una enoooorme
cantidad de personas, que son las que tiene que decidir porque son
las implicadas en el asunto, toca a menos por cabeza y a los “entes”
presionadores les cuesta más imponer su criterio.
En definitiva, creo que frente a la
corrupción (más allá de que sea o no un acto intrínseco del ser
humano, o como diría un amigo: una manifestación de querer
permanecer del yo) la opción más interesante que veo es abrir
caminos para que no se dé. Y para ello es imprescindible evitar la
concentración de poder con más democracia, más participación en
la toma de decisiones (qué útil es la tecnología para esto!) y
mayor transparencia en todos los actos que afecten a todos: que todo
lo público se vea, se sepa y este accesible a todos. No veo más.
Porque de héroes, salvadores y
paternalismos rancios estoy cansado, aburrido y, por qué no decirlo,
frustrado.
(imágen copiada de http://blogdeedumartn.blogspot.com.es)
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